domingo, marzo 20, 2005

Girasoles

Clarín Viajes, Zona Franca, 30/1/2005
GIRASOLES, Por Juan Bedoian

"Esos girasoles son los que vió Vincent Van Gogh. Serenos y furiosamente luminosos a la vez, parecían un ordenado ejército quieto y móvil al mismo tiempo, cuando la brisa que venía del mar no visible pero cercano los movía imperceptiblemente sobre la ondulada colina. Visité ese mar amarillo varias veces en este verano y nunca sabré qué me hizo verlo distinto cada vez. Una vez lo sentí poseído por una melancolía compacta: había una gigantesca columna de humo blanco allá en el horizonte que lo comenzaba a envolver como esos velos que cruzan levemente el rostro de alguien, algo así como una sombre fugaz que cubre durante segundos el rostro de una mujer hermosa. Otra vez lo presentí tan vivo que el amarillo dolía en los ojos; fue al mediodía, con un sol que partía la tierra, y me pareció que el mar de girasoles devolvía desafiante esos rayos calientes de luz con su propio aire cargado de particulas, humores y sensaciones, eso que constituye la sustancia última de las cosas. Pero casi siempre lo ví sereno, bello, un cuadro inigualable que únicamente pueden perpetuar hombres geniales como el señor Van Gogh. Les recomiendo ese mar. La armónica ondulación de los millones de pétalos verdes o amarillos según el angulo de la mirada, las gradaciones de esos verdes y amarillos que a veces son simultáneos. La fila de árboles que lo bordean hasta una casa posada en la loma de los campos de Geenral Alvarado y la lanura que uno puede imaginar más allá del horizonte. Fíjense en el contraste con el pasto seco que habita en otras hectáreas no sembradas y en su brillantez que no sólo se mide en volumen sino también en valor. Es un mar distinto que no está lejos del otro mar a veces verde, a veces azul y a veces gris. Este sólo puede ser mirado y nunca hay colas. Estás solo tú y ese mar. Queda en una ruta que va de Mar del Plata a Miramar, no por la costa sino por un camino que es la continuación de la avenida Independencia de Mar del Plata. Es el mejor mar que ví este verano, pero hay que apurarse: un día de estos desaparecerá y se transformará en aceite de girasol."


Qué curioso que és lo que se puede encontrar haciendo una tarea...Me llamó la atención este texto por la increíble belleza de la imagen, la imagen mental que te da el texto. Uno cierra los ojos y puede transportarse a ese lugar si lo quisiera, y solo se requiere de imaginación! Y qué gracioso giro le da al final... es como una simple ironía, pero con mucha razón! Yo este verano no estuve en ningún campo de girasoles disfrutando la escena de ese mar amarillo; pero sí tuve el gusto de pasar por uno en la ruta, camino a mi lugar de vacaciones, y coincido que, aunque es solo un instante veloz, es la escena mas bella del viaje.
Espero que a ustedes también les haya gustado este texto.
Besos!!!

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