cuantas palabras que cruzaron nuestras mentes como rayos
feroces y brutales se salieron de las bocas como escupitajos
aunque las bocas estuvieran cerradas.
Al final mi boca se secó y ya nada dijo,
ya todo había dicho.
Cuantas palabras nuevas llenan el aire renovado
se siente bien, se siente fresco,
innovadoramente hablamos
como si nada y a la vez todo sucede.
Había que gritarte nada más y ya todo vuelve a lo que se desea
lo que hace bien, a no preocuparse tanto.
Vendrás a visitarme cuando el corazón te lo dicte.
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Quienes dejan brotar las palabras...