Existe en cada uno de nosotros un lado oscuro,
- el que jamás verás, el que nunca te diré -
Y todos argumentan no querer hablar de él: es muy duro, es muy cruel, es incomprensible, imperdonable.
(yo abro mis oídos a tu oscuridad. No hay nada de vos que quiera borrar. Hoy te entiendo todo, hoy te perdono todo. Hoy cada vez más te quiero para siempre)
entonces comprendo el universo. Cada uno con su pequeña oscuridad innombrable, vive una tragedia casual, común a todos y a la vez particular que nos hace ser quienes somos ( yo soy esto por aquello)
Y entonces vivimos día a día con nuestro universo oscuro en la espalda y el que queremos mostrar en la cara;
no es falsedad sino temor.

Entre risas defensivas contamos tragedias que por mucho tiempo no se escaparon de nuestras

bocas.

Cambió hoy nuestras vidas el mundo oscuro que no callamos.