domingo, enero 22, 2006

Eso que solo ocurre en las películas

Uno de esos días en los que uno no espera nada de nada, que transcurren silenciosos, días en los que las palabras salen lentas y predestinadas, ¿un día normal?
Domingo y nublado, me levanté con el propósito de no hacer nada. Enseguida el deber llamó al soldado, y tuve que ir a hacer los mandados. Fui al supermercado más cercano y como si fuese un autómata seguí la lista de productos. Al llegar a la caja, observo al cincuentón que tengo parado delante, con su carrito. La cola avanza y la cajera saluda al señor:
- Buenas tardes, S...- dijo ella mirando la tarjeta de crédito- Mmm, su apellido me suena de algún lado.
- ¿Ah, si?
- Sí, creo que lo mencionó mi madre alguna vez...
- ¿Y cómo es el apellido de su madre?
- P...
- ¡Aaah! Yo fui compañero de escuela de una P... . Estuve enamorado de ella desde sexto grado hasta terminar la secundaria.
- ¿De verdad? Puede que sea alguna de mis tías...
-Claro, eran varias hermanas. Pero la que me gustaba a mí se llamaba Laura.
Tendrían que haber visto la expresión de la cajera al escuchar el nombre.
- ¡Es mi mamá!
Ni lerdo ni perezoso, el señor S... se puso a investigar.
- ¡Mirá vos! ¿Y cómo anda ella? ¿ Está sola?
- Sí, anda muy bien y está sola...
- Me alegro, entonces decile que un día de estos la voy a llamar.
- Bueno...-sonrió- Que tenga un buen día.
- Chau, gracias...

El señor tomó sus cosas y se fue sonriendo y yo era la próxima en ser atendida. La chica estaba asombrada.
- ¡Lo que son las vueltas de la vida! Yo siempre lo veo que viene a comprar acá pero nunca le había hablado.
- Sí, la vida tiene giros extraños- dije con una sonrisa de complicidad- Chau, gracias.

Extrañamente, al salir del supermercado era como si el sol brillara diferente sobre las nubes. Había una luz diferente, que quizás no proviniera de otro lugar sino de mí. Esta historia era un guiño de la vida, intentando no sólo motivar la rutina de los protagonistas sino también la de los espectadores. No tenía porqué seguir viendo ese día como uno gris y común.
Esa sonrisa, me decía reí. Esa sonrisa me mostraba en vivo lo que siempre pasa en las películas y nunca ví.

4 comentarios:

  1. No! Que bueno!!!
    esas cosas son la que hablabamos la otra vez, que te cambian el humor desesperadamente
    me encanto!!!!! =)

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  2. Yo también conocí una Laura...¿será la misma?
    Un beso! (Ah, me olvidaba, un gusto ver tu foto en el post de tu cumpleaños!!)

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  3. Qué barbaro.
    Me voy con el mismo gusto dulce en la boca que el que tuve cuando leí el post de Pato sobre el viejo que le pidió, también un domingo, que le cocinara las pastas frescas.

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  4. Ese es el verdadero sentido de estas historias
    ;)

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Quienes dejan brotar las palabras...