Cuanto más largo el pelo,
más densos los pensamientos
pero todo más seco.
Menos la habitación,
se humedece toda, se sumerge,
conmigo dentro,
Y yo seca y muda
como si no pudiera comprender
como si no hubiera sido siempre así
(una jauría hambrienta
persiguiéndome dentro;
los pájaros yéndose lejos)
y yo jamas tuviera la posibilidad
de comprender,
de escucharme.
De correr como un lobo bajo la luna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Quienes dejan brotar las palabras...