martes, junio 29, 2010

postal de un segundo

Era verde y ancha la mirada
un río de luces frente a nosotros
ruidoso mientras los colores subían y bajaban
ciudad aturdida que nos grita
y nos devora la vida mientras creemos en ella

Pasó una brisa que no se sintió
y arrasó con el ruido eterno
sólo un silencio murmurante quedó
las cosas se movían sin rastro,
como una película enmudecida.

El sol se apuró tras las nubes
lo efímero se hizo carne allí,
nos consumió en segundos
y nos llevó lejos.
nos mirábamos en el eco de ese silencio
sentados donde ella no invita a sentarse

Nos mirábamos sin mirarnos
éramos nubes, cielo rosado, autos frenando en el semáforo, verdeverde y hermoso olor a pasto húmedo
¿duró? una eternidad en el tiempo de la memoria
nada, geométricamente hablando.
Enseguida las bocinas, las miradas desdeñosas
los pies cansados y la oscuridad apuntándonos.

Ese silencio en un océano de autopista
como arrojar una piedrita al agua turbia
lograr que se hagan olas leves y un hueco breve allí donde cayó
hermoso movimiento latente.
Las manos unidas, llenas de piedritas secretas y silenciosas
arrojándose al mar de la costumbre.

2 comentarios:

  1. Me encanta esa mirada verde y ancha reflejada en una postal de impresiones instantáneas:
    La brisa, el sol, las nubes, el silencio, las miradas, el ruido...
    Una piedrita al agua turbia que deja como poso tras las olas leves el recuerdo firme de "las manos unidas, llenas de piedritas secretas y silenciosas
    arrojándose al mar de la costumbre."

    Bella postal.

    Un beso.

    (Y mi enhorabuena, una vez más, por vuestro programa)

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  2. me gusto mucho aye, sobre todo ese final:

    arrojándose al mar de la costumbre

    genial, fluye mucho, un abrazo!

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