martes, enero 11, 2005

El transcurso de los tiempos pasados, presentes y futuros

Fué ver que estaba acorralada en esta vida y tomar la decisión. Buscar a la persona que yo era, esa fué mi meta. Y salté del precipio: abandoné mis amigos y mis hábitos, abandoné mi filosofía y mi brújula. Abandoné TODO por empezar de nuevo.

Caí, caí y caí por mucho tiempo sin un freno: descenso en picada. No veía mas que oscuridad alrededor mío y el vértigo a morir me aceleraba mas y mas. PUM. Golpe seco, señal que por fin choqué contra el firme suelo. Todo continúa oscuro y tambien frío, pero ya no hay vértigo; lo que si hay es miedo. Busco a tientas, sin despegarme del piso, tratando de imaginar lo que me rodea.

Comprendí que estaba sola, en un mundo frío y oscuro, y descansaba en el suelo. Los pensamientos aturdían, como de costumbre, mi mente. A veces luchaban desesperados por encontrarle la vuelta a esta situación; a veces destrozaban sin piedad lo poco que de mí quedaba. Nada de todo esto servía.

Cuando creía encontrar la salida de ese pozo infinito, los roles cambiaban y volvía a quedar en la nada. Me inventé una brújula, con tal de por fin encontrar ese camino con el que había soñado al saltar. Intento encontrar mi norte... ¡allá es! No, no, ese es el este, ¿ves? allá esta naciendo el sol. Esta naciendo mi sol, ¿uno nuevo? ¿quizás nuevas esperanzas? Pálidos haces de luz me alcanzan. Me levanto, ya es hora de caminar.

Mientras los pies tragan el camino, la escena va aclarando hasta llegar a los tonos de gris.La mente corre igual de veloz que siempre, agudizada por la práctica, ilesa de sus propias lastimaduras. Densas nubes se movilizan en el cielo. Cuanto mas llueva mejor: señal de que pronto despejará.
Ahora ya no sufro tanto, mi cuerpo se endureció para no sentir mas los golpes. Ahora ya no lloro tanto, mis ojos se secaron después de inundar el desierto. Ahora no siento de la misma manera: parece que la soledad y la tristeza endureció mi corazón y atrofió mis sentidos; tengo miedo de darme cuenta de que me olvide de amar. Ahora ya no brillo, parece que también lo olvidé.

Memorias de un año triste, recuerdos borrosos y mezclados (no encontré diferencias entre ellos). Añoranza por las buenas épocas; hoy, tiempo perdido. Esperanzas de un alma joven, que aún busca comprender el camino que ninguna brújula marca, el camino de esta vida.

No debo tener miedo de lo nuevo, ni de aquello que esta por llegar. Nuevos ojos invadirán mi mirada, nuevas sonrisas se confundirán con las mías, nuevos corazones se amistarán con el mío, y yo con ellos aprenderé de nuevo a mirar, a sonreír, a amar, a soñar.

Todo ya va a llegar a su momento. El cielo ya va a despejar.

1 comentario:

  1. Ahh aprecio esa capacidad de afirmar que el cielo va a despejar, es cierto, pero no todos lo pueden ver. Yo de hecho no suelo darme cuenta
    Espero que todo se despeje y rápido :)
    un gusto pasar por aquí

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Quienes dejan brotar las palabras...