miércoles, octubre 12, 2005

Siempre preguntándome yo,
¿valdrá en verdad la pena?

Estos días transcurren veloces, y así como ya casi estamos a mediados de octubre, los "ultimos dos meses" van agotándose. Y mi mente aprovecha para no hacer otra cosa que preguntarse, anhelar, pensar, soñar, imaginar. Dirán ustedes "qué productivo", pero no es así la mayoría de las veces. Es un trabajo diario que me consume las neuronas y me mete en ese mundo extraño que hace que desde afuera parezca hipnotizada, tildada, en otro mundo, al fin y al cabo.

Terminar, cerrar un ciclo, una etapa, un final, un comienzo; es probablemente algo importante. Pero pensarlo mucho me hace hervir la cabeza. No es tanto el hecho de terminar de una vez por todas con el padecimiento que fue esta etapa para comenzar con la universidad y todas las puertas que se abren, sino que es también un juzgar, un calificar, un considerar qué y cómo quiero ser en este futuro próximo. Es evaluar mi hoy y ver qué cosas no quiero repetir.

En este análisis tanto queda atrás. Tantas cosas se desvanecen al dar el primer paso afuera, que uno puede pensar "qué arriesgado", pero arriesgarme es lo que quiero de una vez por todas. Jugarme por quién soy de verdad -no hablo de mis máscaras- jugarme por quien quiero ser, en fin... jugarme por algo, algo en lo que creo de verdad.

Mientras veo esas caras y caretas tan deformes, oigo sus ruidos y sus alaridos, pienso en el porqué de todos sus actos sorprendiendome ante semejante ignorancia ( ya sea de conocimiento y/o de valores) y me pregunto si en verdad tanto esfuerzo valdrá en algún momento la pena.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Quienes dejan brotar las palabras...