Gritar con la garganta anudada
con el cielo nublado a punto de inundar
igual que llorar con los ojos cegados.
Y uno es apenas una porción pequeña de este mundo
y el mundo se te cae encima.
¿Qué hacer cuando no se sabe qué hacer?
La indecisión abunda, y no me deja pensar.
No quiero perder mi capacidad de razonar
entonces intento rendirme a mí misma,
que todo se vea negro de golpe y me olvide mi nombre y mi existencia.
Nadie pensará lo que pasó por mi mente,
nadie entenderá yo decidí desvanecer
todos se cuestionarán las causas mundanas de mi cuerpo, y nadie creerá que mi mente es poderosa.
Pero ni mi mente me deja dormir,
la indecisión abunda y me quiere matar.
No puedo concluir, no puedo decidir,
no puedo ver la realidad
porque tengo los ojos como rutas mojadas en la distancia. Cuando se llega a ellos están secos.
La indecisión no me deja decidir.
Mi indesición me demuestra: soy un elemento complicado.
Ya somos dos ...
ResponderBorrarrendirse ante una misma, eso es bueno realmente...
ResponderBorrari surrender.
besos Aye niña!
Cuantas veces me habré sentido así, querer desaparecer por un momento nada más.
ResponderBorrarLindo blog =)