“¿Quién te espera,
dime, quién te espera esta vez?
Ya ves, todavía me envenena
Pero ya no puedo retroceder”
Pequeño Rock & Roll . Quique González
Me encontré esperándote en los umbrales vacíos de estaciones, que ya sé que carecen de umbrales, y sin embargo yo realmente estaba allí, ilusoriamente sombría. Crucé este umbral y fui a la puerta del fondo, la abrí y daba a un corto pasillo, con dos o tres puertas laterales y una última al final. Comencé a cruzar, puerta tras puerta, los cientos de pasillos que formaban un extraño juego laberíntico, y yo, cómplice de éste, avanzaba casi sin notar la repetida estructura tapizada en diferentes colores. Quedaban abiertas, unas tras otras, dejando el umbral de la estación inexistente oscuro y pequeño como un punto en la lejanía de puertas.
Acostumbrada al juego abrí la que sería la séptimosexta puerta y al avanzar choqué contra una sólida pared de ladrillos. Todavía sorprendida por el golpe me quedé contemplando y pensando en mis opciones. Lo primero que se me escapaba eran las ganas de sentarme a llorar porque el extraño juego había concluido y no podría volverlo a jugar desde el principio. Consideré entonces volver al principio y recomenzar como si nada, pero estaba segura que volvería a frustrarme. Se me ocurrió que quizás podía irme por alguna de las tantas puertas laterales de cada pasillo, siempre habían estado ante la posibilidad de no querer avanzar. Sin embargo, ¿qué me retenía a avanzar? ¿Una pared? Podía animarme a romperla con las uñas y tras desangrarme los dedos cruzar la misteriosa puerta obstaculizada. ¿Por qué no elegía el camino difícil, siendo que siempre me jacté de mi masoquismo involuntario? Podía chocar y chocar hasta caer, o hasta atravesarlo por fin. Tenía que imitar “The Wall” y precisamente romper mi pared, lentamente hecha en mi vida, en mi mente. Tenía que poder romperla y atravesarla, tal cual la película.
Porque yo no me quedo en el molde, yo no me muero estática. O avanzo o avanzo, no hay otra salida. Siempre avanzo hacia un destino, un camino que yo sueño que sueño. No es necedad ni insistencia, es mi determinación de hacer lo que siento.
Inevitablemente lo haré, aunque me sangren los dedos.
Elogio tu decisión de ser honesta contigo misma. Esa coherencia será tu mejor arma para derribar éste y todos los muros que se te presenten.
ResponderBorrarQue nada te frene, Aye.
Besos, linda.
Cuantos seremos los que razgamos nuestras uñas, dedos, y carne y aún asi seguimos erguidos frente a la pared, queriendo vencerla, y traspasarla.
ResponderBorrarObvio que es el camino más dificil, pero, siento que, las pocas veces que uno, sangrando, llega del otro lado, lo acompaña una profunda sensación de felicidad, que no hubiera sido proporcionada por el camino fácil.
Masoquismo?... no creo... más bien es saber lo que uno quiere y pelear por alcanzarlo.
Hermoso texto.
Y rasguña las piedras, raguña las piedras...
ResponderBorrarBesos y pasadizos.
Cascabel:
ResponderBorrarSer honesta es una buen(a?) arma contra cualquier muro, pero se convierte en exceso en un enemiga incorparable.
Aún no saqué el pie del acelerador
=)
Besos cascabelito!
Caroks:
Es cierto que no es masoquismo, pero muchas veces el querer enfrentarse contra la pared hace que no podamos aceptar lo fácil, y entonces somos incomprendidos por la multitud que te condena por buscar el reto, la dificultad, el obstáculo que demuestre que hay que crecer y cambiar y vivir, porque de eso se trata esta vida, o no?
Rompo la pared porque para mí no existe otra salida. No me permito otra salida, porque ninguna otra me interesa tanto como esta.
Ahi es cuando el esfuerzo se convierte en masoquismo, no?
-quizás no, quizás es la hora y el cansancio de un día largo, pero todas las teorías son propuestas y refutadas constantemente :)-
Igual siempre lucharé por avanzar :)
Besos!
DudaDesnuda:
...hasta mí
precisamente.. rasguñando las piedras para llegar hasta mí
=)
besos y portales
Gracias por tu visita, me congratula saber que tenemos gustos musicales y literarios parecidos.
ResponderBorrarUn saludo
J
Es estar ante la duda. Es una perfecta analogía con la vida: optar por un camino o no. Intentar comprender qué nos retiene o que nos impulsa en nuestras decisiones. Solamente viviendo encontraremos una respuesta. Viviendo y eligiendo, claro. Saludos.
ResponderBorraraye......esto está muy groso...me comí un flash re sacado, posta.....
ResponderBorrarme gustó mucho el texto..
me flasheó mal!!
suerte!!
santi.
Sentí un aire cortazariano. Me gustó.
ResponderBorrarbesos
Puzzle:
ResponderBorrarEn realidad la primer visita fue tuya, yo sólo la respondí. Tarde pero seguro, dicen.
=)
Saludos!
Adriano:
Tal cual. Así es la vida. Se sigue o se muere. Quizñas por eso es tan difícil.
Besos!
Santiago:
Jaja!
La verdad es que tremendo flash te debe haber dado que apenas si pudiste decir otra cosa! jaja
Me alegro que te haya gustado, es decir.. que te haya dado un flash
=P
Besos!
JAG:
Cortazariano? Me halaga muchísimo que digas eso! Me quedé aún sorprendida tras leer eso. ¿De verdad lo crees?
Yo sigo absorbiendo a Cortázar..
=)
Besos!
jajaja la verdad,no??
ResponderBorrarjeje, pero fue así, no tengo más nada que decir del texto..
fue un flash!!
:P
nos vemos aye, que andes bien
=)
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