Pero una puerta no podría ser nunca una invitación
ni siquiera una insinuación;
sólo madera seca, metal frío, tu silencio.
Aunque el silencio deja de serlo si está repleto del olor
de las habitaciones a las que les da siempre el sol
o a las que les da siempre la lluvia.
Deja de ser silencio si late la piel,
no hay silencio en las miradas;
Y aún así, veo sólo esa puerta sin manija,
las palabras pudriéndose dentro de la boca,
las sensaciones agonizando en un infierno de sinapsis.
Y un vacío insólito.
Hace frío,
Hace hielo aquí dentro,
El silencio es esa daga fría que no nombramos
y que se hunde entre los huesos
atravesando todo vestigio de paz.
[Las palabras como sacrificios y cargas y cruces,las palabras como castigo de nuestra existencia: No somos sin ellas.
No soy,
no soy nada
sin ellas.]
Me faltan el aire y la voz,
y también tu aire y tu voz;
no los veo, no los escucho,
y sin embargo los siento junto a mi oído
como si durmieran.
Que muchas sensacions.
ResponderBorrarContrariamente al sentido de tu bello poema, diré que gracias a Dios no veo puertas cerradas en este lugar, tampoco hace frío y mucho menos hielo. Sólo suspiro calidez y me gusta que así sea.
ResponderBorrarUn gran saludo, Aye...Y muy FELIZ DÍA, :)
Tiene razón Adriano: no hace frío aquí. Se respira calidez, una clase especial de luz. Aunque a veces la tinta de las palabras parezca el mismo silencio, un precioso silencio que se encuentra prendido entre esos versos.
ResponderBorrarBesos.
Rayzo.
Palabras de la Pizarnik, vestidas para la ocasión:
ResponderBorrar"Se ha, en fin, bautizado mi vacío, mi silencio, mi gesto de idiota enamorada del aire.
Todo esto que hago y que digo es para afirmar una continuidad de mi ser, la existencia de un lenguaje de un pensamiento personal. Pero habito de miedo, estoy suspendida en el silencio. Remordimiento horrible de no haber hecho algo para comprenderlo. Obligación formulada por una voz lejana."
Besos silenciosos