Un espantapájaros
cuyo sombrero ya no es cobijo de paja
sino cárcel de hierro que va aplastando
la cabeza, los hombros, el cuerpo
y lentamente va dejando
un rastro de baba, un hilo seco
que cuelga del postigón
y unos zapatos sucios bajo el pasto.
Las aves ya se han ido
y para siempre.
En el suelo, el cascarón vacío
de un alma ya seca.
Y tus zapatos que de lejos miran
éstos, mis restos;
éste, mi entierro
bajo hojas leves -escritas.
Pobre espantapájaros tirado al abandono...
ResponderBorrarParace que nadie toma en cuenta a los espantapájaros jubilados...
(Aye, GRACIAS por el comentario tan hermoso en Dientes de Leche....! Tienes un espacio muy lindo...quiero leer más y con calma...luego vuelvo...)
Te dejo dos besos madrileños!
L.
Qué lindo Aye, me encanta!
ResponderBorrarMe pareció HERMOSOOOOOO
(pico de belleza, vértice alto, imponene)
Un beso
Ante semejante demagogia y manipulación markietinera por parte de la comunidad de bombines, para la venta de sus productos, nunca expresó fehacientemente los problemas de lesión en este caso por aplastamiento, suscitando sangrados y hematomas varios!.
ResponderBorrarSaludos.