El cansancio.
Las palabras huyen de la mente y apenas puedo retenerlas por segundos.
Estoy sedienta de letras, de verbos en mis manos; hay tanta piedra por hacer, tanto barro por pulir. Es todo tan vital y necesario que las palabras huyen, caen como patas inestables.
Yo, mi lenguaje, vacilan ante este agotamiento, pero deciden no rendirse.
Siguen escribiendo en sueños.
Eso está muy bien!!!!!!
ResponderBorrarYo duermo con papelitos y bolis en mi mesa de noche.
Pero no me hacen falta.
Como tú, escribo en sueños.
No olvido nada al despertar.
Un beso muy grande y cariñoso, Aye!
Así me gusta que escribas hasta en los sueños.
ResponderBorrarQué bueno venir y encontrarme con dos Hacedoras, cuando puedas pasate por mi blog :)
Y gracias ;) besos!
Qué yunta se hace por acá, me encanta.
ResponderBorrarTus letras son hermosas Aye, yo también escribo en sueños, en ese estado previo a dormirme, veo mi mano escribiendo palabras que me vienen y me pregunto si no es el movimiento de la mano el que trae las palabras o al revés y es una lucha parirlas en papel, sobre todo en invierno con tanto frío...
besos!