lunes, septiembre 20, 2010

Declaración robusta e insensata hacia un pobre vendedor de libros

Te acercás a mí porque me ves escribiendo
Allí donde solamente debo elegir y comprar
pero en mi libreta anoto una pregunta
que prefiero hacerte ya:

¿Qué ves en estos estantes pulidos y ordenados?
¿Ves lo que yo veo?

Lirones dormidos con fotografías de señores decentes con títulos como
“Borges”, “Alejandra”, “Whitman”,
y hasta Bukowsky parece decente; como si detrás no hubieran tenido
una persona, como vos o yo,
con una vida, un deseo y una vergüenza,
un empleo denigrante, un amor, una desolación.
¿los ves o tan solo hay lirones dormidos,
hojas pegadas, con manchas de tinta negra?

Estoy escribiendo, tan sólo eso.
No infringiendo inquebrantables y falsas barreras de derecho de autor
ni manoteando títulos, ni revisando historiales, no.

Me estoy preguntado si vos,
pequeño vendedor de librerías de moda,
tenés idea de la cantidad de balas que hay ocultas en esos libros
que al abrirlos me agujerearán el corazón y
me dejarán partir con el pecho sangrante
la sonrisa pegada al rostro
los bolsillos y las manos igualmente vacíos
y una postal de tu rostro atónito y huidizo
sin poder comprender si estoy loca o si te nombré un mundo.

6 comentarios:

  1. Bellas reflexiones poéticas, Aye.
    Tras los libros hay personas.
    En los libros hay balas ocultas.
    Por eso los libros son mucho más que "hojas pegadas, con manchas de tinta negra".

    Besos.

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  2. Que bien suena. Inocente el vendedor, que es denigrado por su trabajo (así como nosotros) y fayuta la editorial, que vende al que compra con los ojos, no con el sentimiento. Que usa al vendedor denigrado, usado, para ver a quienes ven para comprar y no a quienes sienten. Será por eso que pasamos desapercibidos? Muy lindo trabajo. Saludos.

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  3. ybris, qué problema cuando esas personas y esas palabras pasan a ser sólo fotografías, páginas sin huella.

    Christian, quizás sea por eso que pasamos desapercibidos o quizás por eso sea que pasamos por mal observados cuando nos paramos en un rincón a leer pedacitos de algún libro que deseamos conocer más antes de adquirir, o si miramos el libro por todos los rincones antes de pensar en siquiera acercarnos a la caja, si creemos que ese minuto de espiar un librito desconocido vale más que llevarte cualquiera y leerlo como si se tomara un vaso de agua.
    (Me acabo de acordar de una nota que leí no hace mucho, el problema es que no me puedo acordar quién la había escrito, en la cual contaba sobre cómo robaba libros, y un día, mucho tiempo después, vió a alguien robándose su libro y sintió una mezcla de alegría y orgullo de estar siendo robado!
    No sé porqué me acordé de eso, supongo que por estar hablando de librerías y de libros y sus precios. )

    Es interesante que recuerdes esto del trabajador denigrado, y la editorial falluta, porque hoy se endiosa a las grandes librerías, que no son otra cosa que supermercados de libros, y se dejan de lado -aunque quizás no tanto si vamos a las ferias- los libros que valen por sí mismos, sean o no nuevos/viejos, sean o no usados. Y, por supuesto, esos trabajadores casi que están como repositores de supermercado, sin saber que adentro de esas cosas que acomodan podrían llegar a encontrarse a ellos mismos...

    Espero que este análisis un poco pesimista de recipen sea sólo eso, una cosa más en el anecdotario de las librerías-shopping, y podamos seguir abriendo los libros para que disparen sus balas hechas de palabras :)

    Gracias por sus comentarios!

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  4. Me llegaste con lo del autor que veía que robaban un libro suyo. Si fuera yo ese autor, pensaría que lo hace de cléptomano que es el ladrón y no por ser admirador de mi prosa. No sé, un sentimiento de baja estima literaria que tengo para mis escritos, quizás. También me gusto lo de las palabras hechas balas.
    Muy cierto es también que cuando uno va a una librería de estas grandes, se queda maravillado (por lo menos mi caso) al ver tantos libros, tantas hojas, pensamientos, historias... y cierta también es la decepción que siente uno, cuando solo se lleva un par de todos ellos. Nunca alcanza, nunca es suficiente. Hay peor droga? Hasta luego, un saludo.

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  5. En ese caso, del que nunca alcanza, nunca es suficiente, no se si esto es pesimismo, o realidad, pero en el final de los días, creo, es más lo que no se sabe, que lo que sí. Saaludos nuevamente.

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  6. Sí, ver tantos libros te dejan un poco maravillado y un poco asombrado ante tanta capacidad de expresión de la humanidad (y pensar que esas librerías ni siquiera tienen todo!)

    Creo que no se trata de pesimismo lo que decís, creo que en la cultura occidental (no digo la oriental porque no conozco tanto,pero igualmente la creo distinta en esto) somos insaciables, siempre queremos más, siempre aspiramos a "obtener" más, como si aquello que buscamos no pudiera estar dentro nuestro.
    Leer mis libros te hace "más sabio", es cierto, pero a veces con leer 5 que te disparen en mil direcciones puede alcanzar, quién sabe?
    :)

    saludos y gracias por volver a dejar tu comentario !

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Quienes dejan brotar las palabras...