miércoles, diciembre 27, 2006
La del vestido rojo
Ella se pierde en las calles que desconoce. Se pierde porque las conoce y desea confundirlas y mezclarlas con tal que parezcan otras calles, de otra ciudad, de otro planeta.
Ella anda con su vestido rojo y blanco, viste moda y verano, pero viste también el espíritu liberado de quien no tiene apariencia sino expresión.
Se detiene bajo una gotera de esas que caen desde las terrazas y los toldos, que empapan a la gente que se queja. Ella se detiene bajo la gotita que siempre molesta y ofrece sus manos. Recibe en ellas una, dos, tres gotas y éstas empiezan a llenarse. Frota sus manos, una con otra, limpiándose el polvo que le deja esta ciudad renegrida y luego las sacude con fuerza. Un hombre que pasa la mira con espanto y ella sólo se sonríe, la gente no entiende tantas cosas...
Y luego se va haciendo ruido con sus sandalias al caminar sobre las baldosas amarillentas y renegridas.
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Ella limpia con palabras las sombras y sale a bailar melodías que no nacieron todavía.
ResponderBorrarBesos y baldosas
Ella nos acompaña con sus palabras más, palabras menos. Ella está viviendo el verano, saludando a la tortuga Manuelita y disfrutando el paisaje del camino. Ella mira cuando el cielo llueve, pero siempre con el sol como testigo. Saludos!!!
ResponderBorrarElla es Ella y siendo alegra. Ella es y eso es lo que la gente no logra ver,todavia.
ResponderBorrarBesos y buen comienzo de año.
Perfecto, Aye, perfecto. Creo que de eso se trata, de verdad que lo creo...en tener la capacidad de detenerse en esa gotera ignorada y dejarse bañar por esas gotas mientras los demás miran y no entienden. Caminar evitando goteras es muy fácil, caminar viéndolas y pararse a mirarlas, es un síntoma de salud en el espíritu.
ResponderBorrarIgual es que estoy un poco loco. Pero yo creo que es así. La vida es tan maravillosa que está llena de ese tipo de detalles que tantas veces nos pasan desapercibidos. Y pasan los años y crecemos en experiencias que quieren engañarnos con espejismos de sabidurías, y si queremos, podemos seguir descubriendo todos esos detalles que componen este maravilloso concierto de la existencia.
Preciosa reflexión.
Un abrazo muy grande
de lo mejor que leí en la recorrida blogger de hoy, Aye, o por lo menos eso pienso :)
ResponderBorrarencima me hiciste acordar a algo que escribí una vez, será eso que parece haber en todos nosotros como inconciente colectivo, quizás una forma de delimitar las fronteras de nuestro camino único.
Duda, Adriano y Sol:
ResponderBorrar¡¡Gracias por completar lo que escribí con sus palabras tan lindas!!
Besos a los tres y que tengan un buen año!
Zooey:
Jaja, en cierto modo todos somos un poco locos. Reconozco que hasta que lo ví no pensé jamás en detenerme bajo una gotera. Luego de verlo, sorprendida, ese pequeño ritual me resultó bellísimo.
Yo creo que esa sabiduría no se refleja en los espejismos que creemos que los demuestran, sino en aquellos detalles que la vida nos presenta de forma sorpresiva.
Tengo los ojos abiertos a los detalles
=)
Besos y que tengas un buen año!
Ouch! esto se me mandó sólo!
ResponderBorrarSanti:
gracias por el halago y por pasarte!
Me gustaría leer alguna vez eso que escribiste, probablemente sea ese inconsciente colectivo el que nos vaya delimitando un camino que incluso nosotros desconocemos. Y así vayamos escribiendo...
Besos y que tengas un buen año!
Ah, me olvidaba...te queda bien el rojo; :)
ResponderBorrarYo soy el primero en quejarse asqueado de esa baba tibia que cae de los balcones de los edificios convirtiendo las veredas en una horrosa experiencia.
ResponderBorrarSin embargo, no obstante mi amargura, festejo que hayan poetas sonrientes desconiendo calles sueltos por ahí.
Adriano:
ResponderBorrarjaja, gracias!
Leopoldo:
No te creas que yo por esto soy muy fanática de esas goteras. El otro día me volvieron loca, parecía que las gotas buscaban precisamente esos lugares que mas me molestaban, el medio de la cabeza, la punta de la nariz, el hombro descubierto y salpicar a todo lo que hubiera alrededor =P
En fin, las goteras tienen suerte de que aún haya poetas que aprecien sus escasa virtudes =)
Besos goteados!