Así crecemos, Aye, dejando caer los adornos y aprendiendo a disfrutar nuestra desnudez.Un abrazo.
Parecen baratijas, pero la hermosura de su abandono y la libertad de poseerlas o no las hace imprescindibles.Besos.
Me ha parecido fantástico, una narrativa límpia. Felicidades desde Madrid.Un saludo.
Quienes dejan brotar las palabras...
Así crecemos, Aye, dejando caer los adornos y aprendiendo a disfrutar nuestra desnudez.
ResponderBorrarUn abrazo.
Parecen baratijas, pero la hermosura de su abandono y la libertad de poseerlas o no las hace imprescindibles.
ResponderBorrarBesos.
Me ha parecido fantástico, una narrativa límpia. Felicidades desde Madrid.
ResponderBorrarUn saludo.